Con el cambio de estaciones, tanto el pelaje como el comportamiento y rutina de nuestras mascotas cambia notablemente... ¿Y porqué no cambiar su dieta también? Si el humano pasa de guisos a ensaladas conforme va sintiendo un ambiente más caluroso, ¿porqué no modificar la dieta de nuestras mascotas también?...
Puede parecer que los perros y gatos se conforman con el mismo tipo y cantidad de comida independientemente de la estación del año, pero hay algunas cosas que los dueños pueden tener en cuenta a medida que avanza el calendario. A continuación, analizamos algunas de ellas.
Otoño e invierno
No es raro que la gente salga de los meses más fríos con unos cuantos kilos más de los que tenía cuando empezó (la culpa es del maratón Guadalupe-Reyes). Si no tienes cuidado, esto también les puede pasar a tus mascotas, especialmente si no hacen tanto ejercicio como en las épocas más cálidas del año.
El aumento de peso puede poner a tu mascota en riesgo de sufrir varias afecciones de salud, como hipertensión, pancreatitis y enfermedades cardíacas. Además de esto, los dueños deben tratar de mantener a sus mascotas relativamente activas en el interior con juguetes y tiempo de juego regular.
Sin embargo, satisfacer estas necesidades nutricionales no es tan sencillo como aumentar el tamaño de las porciones. Los dueños deberían buscar alimentos con mayores niveles de proteínas y grasas, en lugar de carbohidratos en exceso. Y aunque puede ser tentador darles restos de comida de las fiestas estacionales, se debe evitar darles alimentos con alto contenido calórico destinados a humanos: una vez que les tomen el gusto, ¡pueden querer más!
Es posible que puedas detectar los primeros signos de sobrealimentación en el cuerpo de tu mascota, pero si te preocupa su peso, es mejor reservar una revisión en la clínica del veterinario para obtener su opinión profesional.
Primavera y verano
Cuando el clima comience a ser lo suficientemente agradable como para dar largos paseos nuevamente, puedes aumentar la ración de comida hasta la cantidad recomendada, ya que seguramente la estarán quemando.
Sin embargo, a medida que el mercurio sube, es posible que notes que tu mascota no tiene mucho apetito. Esto es de esperar, ya que el metabolismo de su cuerpo no tiene que trabajar demasiado para mantener una temperatura central adecuada.
Si todavía se mueven mucho, es fundamental que sigan comiendo. Puedes fomentar esto modificando sus horarios de comida a horas más frescas del día o incluso dividiendo sus comidas en porciones más pequeñas a lo largo del día. Algunas mascotas pueden asimilar con mayor facilidad recetas ricas en proteínas magras, en comparación con comidas que contienen carnes pesadas y más grasas.
La hidratación es fundamental. No necesariamente nos referimos sólo a dar agua, también puedes darle comida húmeda o una golosina congelada. Sin embargo, es importante que nunca le des hielo a una mascota que sufre un golpe de calor.
Ahora que cuentas con esta información tendrás mejores bases para decidir sobre la alimentación de tu mascota. Recuerda siempre consultar a tu médico veterinario de confianza antes de hacer cualquier cambio en la dieta de tu mascota.
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